martes, 12 de octubre de 2010

Chile ha empinado un papalote de esperanza a dos mil trescientos pies


Un viaje desde el centro de la tierra
al cielo-suelo de Chile,
en Fenix Dos


HIMNO DE ESPERANZA EN SAN JOSÉ

Un clamor abrió la tierra,
en la mina San José,
para enseñar lo que encierran
el corazón y la fe.

Treinta y tres mineros juntos
se movían sin saber
que la tierra estaba a punto
de atraparlos en su ser.

Laboraban tan seguros,
a dos mil trescientos pies,
sacando luz de los muros,
bajo la tierra que ves.

Se perdió todo contacto,
y hasta se pensaba que
el suelo ya era compacto,
en la mina de la fe.

Pero siempre hubo confianza,
en las familias de aquel
Campamento de Esperanza,
que han jugado su papel,

cual si fueran una casta
de héroes a granel,
que esperaban entusiastas
por sus voces en tropel.

Con un mensaje de Amén,
Chile se abrió a la esperanza,
que decía: “Estamos bien…”,
y la tierra era pujanza,

dando luz a treinta y tres
hombres que juntos quedaban
a dos mil trescientos pies,
en el refugio que amaban.

Chi chi chi, le le le,
milagrosa es nuestra fe,
la fe que mueve montañas,
Chi chi chi, le le le,
es magnífica la fe,
como el Dios, que hoy acompaña
este triunfo en San José,
Chi chi chi, le le le,
Chile despierta a la fe,
y el universo los ve:
Chi chi chi, le le le,
son mineros de Chile.


La tierra que acoge al hombre
esta vez los atrapó,
y aunque acaso nos asombre
hoy engendra en Copiapó.

Hoy da a luz la tierra vuestra,
Chile, al nacer Fénix dos,
y la NASA nos demuestra,
que su cápsula va en pos
de los mineros, pues nuestra
humanidad tiene voz.

La fe ha movido montañas,
pero también treinta y tres
almas que están en campaña,
con Dios orando a sus pies.

Son mineros bajo tierra,
sobre el manto que hizo Dios,
para saber lo que encierra
el misterio de su voz.

Son mineros abriendo las entrañas
de la tierra, que hoy los entregó,
en un parto feliz de la montaña,
bendecidos por el Cristo que nació,
para hallar la salida de esta hazaña,
cual Ave Fénix, que del fondo resurgió.

Chi chi chi, le le le,
milagrosa es nuestra fe,
la fe que mueve montañas,
Chi chi chi, le le le,
es magnífica la fe,
como el Dios, que hoy acompaña
este triunfo en San José,
Chi chi chi, le le le,
Chile despierta a la fe,
y el universo los ve:
Chi chi chi, le le le,
son mineros de Chile.


Es el triunfo en estampida,
con la unidad y la acción,
junto al coraje, que es vida,
cuando prima el corazón.

Es la vida, con su hazaña,
y el misterio de la fe,
que ha movido la montaña,
para el mundo que lo ve.

Chile ha izado una bandera
a dos mil trescientos pies:
La esperanza se alza entera,
al rescatar treinta y tres
mineros que recuperan
vida nueva de una vez,
como si hoy renacieran,
del corazón a los pies.

Chi chi chi, le le le,
milagrosa es nuestra fe,
la fe que mueve montañas,
Chi chi chi, le le le,
es magnífica la fe,
como el Dios, que hoy acompaña
este triunfo en San José,
Chi chi chi, le le le,
Chile despierta a la fe,
y el universo los ve:
Chi chi chi, le le le,
son mineros de Chile.


Fuerza minera se expande
por el mundo que los ve,
cual la epopeya más grande
de la unidad y la fe.

Bienvenidos a la vida,
y al milagro de la fe:
Son treinta y tres en subida,
con Jesucristo a la vez,
intentando la salida,
cual si la luz, Fénix tres,
emergiera, bendecida
del corazón a los pies.

Un rescate a la confianza,
en la mina San José,
es el triunfo y la pujanza
de Chile, con treinta y tres
mineros de la esperanza,
cuya bandera es la fe.

Chi chi chi, le le le,
milagrosa es nuestra fe,
la fe que mueve montañas,
Chi chi chi, le le le,
es magnífica la fe,
como el Dios, que hoy acompaña
este triunfo en San José,
Chi chi chi, le le le,
Chile despierta a la fe,
y el universo los ve:
Chi chi chi, le le le,
son mineros de Chile.


La tierra que acoge al hombre
esta vez los liberó,
y aunque acaso nos asombre
hoy engendra en Copiapó.

La fe ha movido montañas,
pero también treinta y tres
almas que están en campaña,
con Dios orando a sus pies.

Son mineros bajo tierra,
sobre el manto que hizo Dios,
para saber lo que encierra
el misterio de su voz.

Chi chi chi, le le le,
milagrosa es nuestra fe,
la fe que mueve montañas,
Chi chi chi, le le le,
es magnífica la fe,
como el Dios, que hoy acompaña
este triunfo en San José,
Chi chi chi, le le le,
Chile despierta a la fe,
y el universo los ve:
Chi chi chi, le le le,
son mineros de Chile.


Son los hijos de la tierra,
los mineros de la fe,
los que unieron esta sierra
de la mina San José.

Son la esperanza de Chile,
en Fénix Dos renanciendo,
para que nunca se alquile
esta Mina, ni en Nintendo.

Pues ahora iremos viendo
la bandera en treinta y tres
mineros, que van naciendo
del corazón a los pies.

Se respira la armonía,
entre abrazos de confianza,
y el Campamento Esperanza
se transformó en Alegría,
mientras el rescate fue
un ejemplo de equilibrio,
que acabó con el martirio,
en la Mina de la fe.

Chi chi chi, le le le,
milagrosa es nuestra fe,
la fe que mueve montañas,
Chi chi chi, le le le,
es magnífica la fe,
como el Dios, que hoy acompaña
este triunfo en San José,
Chi chi chi, le le le,
Chile despierta a la fe,
y el universo los ve:
Chi chi chi, le le le,
Son los héroes de Chile,
los mineros de la fe.

José Antonio Gutiérrez Caballero
Miami, 12 de Octubre del 2010
11: 11 pm.

1 comentario:

  1. Un espléndido poema has escrito, Josán. Ese grupo de 33 mineros es digno de que puedan rehacer sus vidas, junto a sus seres queridos y el país entero, pues ya todos son como una gran familia que nació de las profundidades de la tierra. Felicidades por esta hermosa iniciativa, que merece que tenga receptividad y promoción mundial.

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